jueves, 8 de enero de 2015

¡A abrigarse, que llega el frío!

Se acaban las fiestas navideñas y llega una de las épocas climáticas más duras para los pequeños porteros. El frío de los primero meses del año afecta bastante a los chicos que defienden la portería de sus equipos. Tal vez en los entrenamientos no se note tanto por estar más activos físicamente, pero en los partidos, al no moverse tanto, las bajas temperaturas pueden afectarles bastante.

Este concepto es algo que también diferencia al portero del jugador de campo. Así como el calor puede afectar más a los jugadores de campo debido al esfuerzo físico continuado que se realiza durante el partido, en invierno las tornas cambian y la carrera del jugador mantiene caliente al cuerpo, mientras que el portero sufre más por la inactividad en ciertas etapas del partido.


Está claro que el portero debe aprender a combatir el frío para estar en plenas condiciones para cuando tenga que intervenir. Pero en las primeras etapas del fútbol base, esto es complicado. Debemos recordar que se trata de niños "pequeños", más susceptibles a estos cambios de temperatura. Además es difícil hacerles entender que mientras se disputa el partido, y siempre que no tengan trabajo, pueden ir calentando. Por lo que veo, los chicos durante el partido están atentos al juego y lo de calentar es algo que no se les pasa por la cabeza. 

Como padres de un portero lo que intentamos es que nuestro hijo esos días vaya bien equipado para combatir el frío en los partidos. Así si anuncian frío, le ponemos una camiseta y pantalones térmicos. En ocasiones hasta le ponemos un par de camisetas. 

Escribiendo estas líneas me ha venido a la mente un suceso que le pasó a Pau hace un par de años. Él jugaba en categoría Baby (niños de P4-P5), pero el entrenador de porteros le quería subir para jugar con Pre-benjamines. La Federación no se lo permitía, pero tras las vacaciones de Navidad le dejaron federarse y lo convocaron para jugar un sábado a las 9:30 de la mañana. Tras este partido, a las 12:00 tenía que ir con su equipo para jugar otro partido.
La noche anterior no paró de llover, y a la hora de inicio teníamos 2 grados y el viento hizo acto de presencia. El partido fue bien, y Pau hizo un buen papel en su primer partido como federado, pero cuando llegó al vestuario y se relajó empezó a temblar. Ni la ducha caliente, ni abrigarlo con 2 mantas podía parar el tembleque. Ese día nos asustamos muchísimo. Cuando ya recuperó la temperatura corporal, se quedó muy chafado y nos tuvimos que ir para casa sin poder jugar el otro partido. Han pasado 2 años pero todavía me dan escalofríos pensando lo mal que lo pasó ese día.
 Ha habido muchos más partidos con frío pero nunca ninguno más como ese. Os dejo el vídeo de aquel día, dando gracias que aquello haya quedado como una anécdota y en tan sólo un pricipio de hipotérmia.. Veréis lo abrigado que iba y que en ningún momento se nota ningún problema en Pau. Es más, yo no me dí cuenta de que aquello acabaría como acabó.

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