miércoles, 6 de mayo de 2015

¡Ojo al bote! Aprendiendo de las experiencias.

El aprendizaje en cualquier materia pasa por la práctica. Las teorías sólo sirven para aplicarlas, sino no pasan más allá de hipótesis. Y en el fútbol hay mucha teoría que se trabaja en los entrenamientos y que se aplican en los partidos. Nuestro hijo, con 7 años, tiene muchísimo por aprender y lo que más me gusta como padre es ver como lo va haciendo poco a poco. Este último mes le ha tocado "batallar" con un aspecto complicado para un portero de su edad. Hablo de los balones bombeados que tras el bote se convierten en una ocasión de gol para un niño de 130 cms. 


No sé sí a otros padres de porteros jóvenes les pasa como a mí, pero cuando veo que sale un balón desde el medio campo y se levanta y empieza a bajar hacia el área se me corta la respiración. Si va dentro directa, difícil de parar por altura y fuerza. Si bota cerca de la portería, complicado de parar. Total que un balón bombeado siempre es algo complicado para ellos, o al menos para el nuestro.

Pues bien, en el último mes en diferentes partidos ha habido casualmente jugadas parecidas relacionadas con el tema que tratamos. Hay equipos que utilizan el fuerte chute de alguno de sus jugadores para intentar crear ocasiones con este tipo de disparos ya desde el saque de medio. Si el chute sale bien, tiene bastantes números de acabar en gol. Estas situaciones han sido un ejercicio perfecto para que Pau practique, se equivoque y aprenda. "Pero ha encajado goles", podéis pensar alguno. Sí, ha encajado goles, pero hay que ir más allá y quedarse con la lección aprendida.