jueves, 22 de diciembre de 2016

Lo mejor y lo peor de 2016

Se termina el año y es momento de hacer balance de lo sucedido durante estos 12 meses, tanto en lo personal como en lo laboral. Una parte de nuestra vida la ocupan nuestros hijos, y las valoraciones que hace uno están habitualmente asociadas a las vivencias de los más pequeños de la casa. Como este blog gira en torno a lo que sentimos como padres de un pequeño portero de fútbol base, también nos paramos a evaluar todo aquello sucedido en este 2016 relacionado con este tema.
Así como hay años que pasan sin pena ni gloria, este 2016 hemos podido vivir muchísimas cosas, tanto negativas como positivas relacionadas con el fútbol.


jueves, 15 de diciembre de 2016

De héroe a villano en 24 horas

Muy comentada es la frase de que el portero pasa de héroe a villano en un instante. Este pasado fin de semana nos tocó vivirlo en primera persona con Pau, cuando le tocó jugar 2 partidos.


En el club de Pau hay 7 equipos de categoría benjamín pero sólo 6 porteros. Algo habitual en los primeros años del fútbol base, dónde la mayoría de niños prefieren meter goles que no pararlos. En esta caso en concreto lo que hace la coordinación es hacer que uno de los porteros juegue con su equipo y con el benjamín que no tiene. Según la distribución de los partidos van uno u otro. Este pasado fin de semana, el benjamín A, equipo de Pau, jugaba el domingo, con lo que él fue el elegido para ir el sábado con el benjamín F. Pau encantado poder jugar dos partidos.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Soy padre de fútbol base y soy “egoísta”

Efectivamente, soy padre de fútbol base y soy “egoísta”. Pensaréis que vaya forma de comenzar un artículo, cómo si se tratara del inicio de una reunión de adictos anónimos, pero todo tiene su explicación.


Os pondré en antecedentes. El pasado sábado el equipo de Pau jugaba un torneo. Pau es el único portero del benjamín A, pero para esa jornada la coordinación del club decidió que el compañero del benjamín B compartiera portería con él. Tras una fase de grupos, jugaron los cuartos de final contra Rapitenca, un muy buen equipo que había ganado a Villarreal y Nástic de Tarragona. En las semifinales esperaba el benjamín B del FC Barcelona. Tras el tiempo reglamentario el marcador no se movió y con el 0 a 0 todo se debía decidir en la tanda de penaltis. Pensaba que Pau como portero del equipo sería el elegido para defender la portería. Había hecho un buen torneo sin encajar ningún gol y él había sido el portero que había acabado el partido bajo los palos. Pero los técnicos decidieron que fuera el compañero del B el que defendiera la tanda de penaltis. Finalmente la suerte no estuvo del lado del equipo de Pau y quedaron eliminados. 

Aquella decisión, que estoy seguro que los técnicos la pueden argumentar perfectamente, no le gustó mucho a Pau. Su equipo se jugaba el pase a semifinales, él había estado bien todo el torneo y en el momento crucial, él no fue el elegido. Y, claro, a mí como padre, tampoco me hizo demasiada gracia. Tocó aceptarla y animar al compañero. Os dejamos el vídeo-resumen del partido por si es del interés de alguno de vosotros:




Los que nos seguís por las redes sociales sabéis que habitualmente publicamos los resultados de los partidos que juega Pau. Ese día concreto acompañé la publicación del marcador con mi opinión personal sobre lo sucedido. Entre los comentarios, dos padres fueron críticos con el comentario. De esas críticas se aprende y te ayudan a tener un punto de vista diferente. Una de ellas hablaba de que era un comentario egoísta con respecto al compañero. Me paré a pensarlo. Cierto. Era un comentario egoísta, porque aunque intente no serlo, aunque lo intente esconder, soy egoísta con lo que respecta a mi familia. Quiero lo mejor para mi hijo, quiero que juegue cuanto más mejor, que sea una pieza importante del equipo, en definitiva quiero que mi hijo sea feliz jugando con su equipo.


Si buscamos en el diccionario “egoísmo” nos encontraremos con la siguiente definición: “Excesivo aprecio que tiene una persona por sí misma, y que le hace atender desmedidamente a su propio interés, sin preocuparse del de los demás”. Dura realidad lo que comporta un acto egoísta por lo que respecta a los demás. Cierto que me siento egoísta por desear lo mejor para mi hijo, pero en ningún momento mi objetivo es dañar a otros. Es posible que sin desearlo mis comentarios puedan herir susceptibilidades ajenas, pero el único objetivo de mis actos es buscar lo mejor para mi hijo. ¿Soy un espécimen raro? Me parece que no. Estoy seguro que todo padre es egoísta, en mayor o menor grado, en lo que rodea a su hijo/a. Todos queremos lo mejor para ellos. Pero soy consciente, como la mayoría, que la realidad muchas veces es otra.



Nietzsche, el famoso filósofo, afirmaba que “El egoísmo es la esencia misma de un alma noble”. Así que si lo dice un gran pensador, me quedaré un poco tranquilo ;). Y es que no me avergüenzo de querer lo mejor para mi hijo. Aquella situación le dolió a mi pequeño y eso me tocó a mi también. Que tal vez no lo debería haber hecho público por respeto a los compañeros, tal vez. Posiblemente en eso me equivoqué, pero ello no cambia lo que siento y pienso. Situaciones cómo esa se las va a encontrar, tanto en el fútbol como en otras facetas de la vida. Tendrá que afrontarlas de la mejor manera posible, y yo como padre siempre desearé lo mejor para él, y como siempre seré egoísta queriendo su éxito.

Sí, soy padre de fútbol base y soy “egoísta”. Y que lance la primera piedra aquel padre que este libre de culpa por desear lo mejor para su hijo.