Pau y su compañero. Se alternan el 1 y el 13 para que ninguno se sienta más que el otro. Buena iniciativa del entrenador. |
Os pondremos en antecedentes. A finales de la temporada pasada nos llamaron de su actual club interesándose por él y se lo comunicamos al que entonces era su equipo. En aquel momento intentaron convencernos que irse no era lo adecuado, y uno de sus mayores justificaciones es que si se quedaba iba a jugar todo el partido y que si cambiaba sólo jugaría media parte al tener que compartir posición con otro portero.
Con un mes de experiencia en la nueva situación voy a intentar valorarla en varios puntos:
- Descansar dos cuartos: En estas edades lo importante es que los chicos jueguen y se diviertan. Es cierto. Y jugar todo el partido seguro que es más divertido que no sólo hacerlo la mitad del tiempo. Pero de una cosa me he dado cuenta. El rato que Pau descansa y está en el banquillo, lo veo sonreír, hablar y comentar con los compañeros. En ningún momento lo veo enfadado y aburrido. Con lo que por ese lado como padre me quedo tranquilo.
- Jugar dos cuartos: Cuando sale al campo, sabe que no tiene todo el partido para hacer su trabajo, y lo veo con más motivación que cuando jugaba todo. Puede ser porque le anime la "competencia" sana con su compañero o porque al ser un periodo corto de tiempo le es más fácil estar en esa tensión. La psicología infantil no es algo que domine, pero como padre veo las ganas con las que sale a defender la portería, al menos en los primeros partidos.
- Tener competencia: Como padre puedes pensar que lo mejor para un hijo es que no exista competidor. Pero este mes me ha enseñado una cosa. Quiero dejar claro que Pau tiene una gran relación con el otro portero, han sido compañeros de club, de tecnificaciones y de campus de verano. Pero en entrenamientos y partidos sabe que debe cumplir, porqué sino el compañero le "pasará por delante". Saberse el único portero de la plantillo creo que a veces le hacía relajarse y compartir portería le ayuda a tener una buena actitud, importante para progresar. En este sentido el fútbol puede ser una buena lección para la vida, que no te regala nada. Partiendo del respeto a los demás debes esforzarte para progresar y no quedarte atrás.
Seguramente si me preguntáis a final de temporada, mi opinión haya cambiado. Pero ahora mismo creo que compartir portería está siendo positivo para el desarrollo de Pau, no sólo como portero, sino como persona. Saber que no eres único, que siempre puedes encontrarte a alguien mejor que tú, que en ocasiones debes saber compartir responsabilidades y que en la vida hay que esforzarte para mejorar, creo que es una buena lección vital.
Muchos de vosotros, seáis padres, entrenadores o coordinadores de fútbol base, seguro que tenéis vuestra opinión personal sobre el tema. Os invito a compartirla con nosotros.
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