Este verano tuvimos que tomar una decisión consensuada con nuestro hijo sobre cambiar de club. Habían sido 3 años jugando en el Cambrils UCF y una nueva etapa nos esperaba en el CF Reus Deportiu. Cambiar de club no es como cambiar de camiseta y listos. Pertenecer a un equipo es casi como pertenecer a una familia, dónde compartes muchos días de entrenamientos, partidos y torneos.
Por ello, la decisión de cambiar a veces es difícil en estos casos. Pau estaba en una de las mejores escuelas de fútbol de la provincia, pero el cambio fue para ir a la que mucha gente considera la mejor. Y a día de hoy tanto Pau como nosotros estamos contentos y convencidos de que fue la decisión correcta.
Total que este Septiembre iniciamos una nueva temporada en un nuevo club. A mitad de mes se realizó el sorteo de grupos de la liga prebenjamín de nuestra provincia y el destino fue caprichoso. Al Reus Deportiu le tocó en la misma liga que al Cambrils, dónde juegan los antiguos compañeros de Pau. Y este próximo 24 de Enero tiene el primer partido contra ellos. Y no será un partido más, ya que el Reus va primero de la liga y el Cambrils segundo a 3 puntos. 2 de los mejores equipos prebenjamines de la zona frente a frente.
A parte de los aspectos deportivos en nuestro caso existe un aspecto emocional en este partido. Supongo que aquellos que lleváis tiempo en esto del fútbol os habéis encontrado en esta situación, pero tanto para Pau como para nosotros es algo nuevo. Jugar contra los que han sido sus compañeros y amigos durante tres años en un encuentro de gran rivalidad no nos deja indiferentes. Sé que durante los 40 minutos del partido no habrá amistad que valga, pero lo importante es que una vez el arbitro pite el final, los chicos se den la mano y que no olviden todos los ratos que han pasado juntos. Por que esto al final es sólo un juego, y los juegos son para divertirse y que mejor que hacerlo que con tus amigos.
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