El juego con los pies en los porteros del fútbol base

Tras pedir opinión sobre un portero, no es raro escuchar una respuesta tipo "Bien, es muy bueno con los pies". Esa respuesta me hace mucha gracia y al escucharla me pregunto ¿que tenemos que interpretar que lo que más importante para evaluar un portero es su juego con los pies?. O tal vez sea como la típica respuesta cuando preguntan que tal es tu novia/o y respondes simpático/a ;)

Ahora hablando en serio. El fútbol moderno, según dicen los entendidos, precisa de porteros que dominen el juego con los pies. Yo, como simple espectador lo acepto. Aunque muchos piensen que el fútbol es simplemente meter una pelota entre tres palos, conlleva mucho trabajo táctico. Esa táctica de juego ha ido evolucionando. Los que hayáis estudiado la EGB como un servidor recordaréis la posición de líbero. Aquel último defensa que resguardaba las espaldas del central/les. Una figura esencial para mandar a la defensa, tirar el fuera de juego y el último recurso para frenar a los delanteros. ¿Que se ha hecho de ese líbero? Fácil. El líbero de ayer, hoy se llama portero, mandando a la defensa y siendo el apoyo a sus compañeros en la presión contraria. Y para ello el portero moderno precisa dominar el juego con los pies.

Queda claro que los porteros profesionales precisan de cierta habilidad con los pies, sobre todo en equipos dónde por el tipo de juego es necesario su participación en la posesión del balón. Recuerdo hace un par de veranos cuando el gran Víctor Valdés tomó la decisión de salir del FC Barcelona. Aparecieron diversos candidatos para sustituirlos y una de las características primordiales que analizaba la prensa deportiva era la habilidad con los pies.

Dejando de lado el fútbol profesional, vamos a centrarnos en el fútbol base, y como solemos hacer reflexionamos alrededor de las vivencias de nuestro hijo. Podría decir que el juego con los pies no es uno de los fuertes de Pau, pero si que creo no equivocarme si digo que es el factor que más ha evolucionado desde que decidió ser portero. Y ello es por el trabajo que se realiza en su club. Buena parte del entrenamiento realiza el mismo trabajo que los jugadores de campo, participando en los ejercicios de posesión como uno más. Ello está haciendo que adquiera por un lado cierta habilidad y por otro lado confianza con los pies, esencial en este caso. Os dejamos 2 jugadas del último partido dónde Pau tuvo que trabajar con los pies.

Pero no todo es bonito. Queramos o no, está aprendiendo y dentro del aprendizaje hay un factor muy importante: el fallo. Y fallos ha habido y habrá. El juego es así. Y el fallo con los pies en el caso del portero es mucho más probable que el fallo en un blocaje. Los programas televisivos de zapping están llenos de vídeos de porteros que fallan al ir a chutar un balón o al hacer un control. Y como padres de un portero en formación lo hemos de comprender y apoyar a nuestro pequeño. Os adjunto un vídeo de las intervenciones de Pau en un partido de pretemporada. Su primera jugada es mal pase que intercepta el delantero y mete gol. Empezar así un partido puede hundir a cualquiera. Lo mejor de aquel día fue que se levantó y siguió, haciendo un buen partido a partir de ahí con alguna intervención de mérito. Acabó el partido y Pau de camino a casa me dijo: "He fallado en el saque". "Si", le dije, "Pero luego lo has hecho muy bien". Se debe admitir el fallo pero reforzar lo positivo. Aquella mañana Pau llego contento a casa, a pesar de la jugada desafortunada.

En el fútbol base me he encontrado con 2 tipos de porteros, los que lo han sido desde el principio y los que empezaron como jugador y se reconvirtieron. Es normal que aquel que ha tenido una posición de jugador de campo en la anterioridad, tenga mayor habilidad con los pies que aquel que directamente ha empezado bajo los palos. Supongo que a la larga la diferencia se irá diluyendo pero pero en los primeros años del fútbol base hay muchas diferencias entre unos porteros y otros a nivel del juego con los pies. Los clubs lo saben y cada vez es más habitual que el trabajo del portero no sea sólo aprender a parar, sino también a jugar con los pies.

Hace poco en un reportaje de Marca a Buffon. El título lo decía todo: Buffon: "Un portero debe parar y luego... jugar con los pies". Su lectura me hizo reflexionar. ¿Estamos obsesionados en el fútbol actual en que los porteros jueguen bien con los pies ya desde bien pequeños? No tengo la respuesta, lo único que puedo esxpresar es mi creencia que los chicos se han de formar en muchos aspectos, no sólo en parar, como es en el saber estar, la colocación, la psicología y, como no, en el juego con los pies. El equilibrio entre todo ello hará que pueda ejercer mejor su trabajo en el campo.

¿Que opináis vosotros?