Muy comentada es la frase de que el portero pasa de héroe a villano en un instante. Este pasado fin de semana nos tocó vivirlo en primera persona con Pau, cuando le tocó jugar 2 partidos.
En el club de Pau hay 7 equipos de categoría benjamín pero sólo 6 porteros. Algo habitual en los primeros años del fútbol base, dónde la mayoría de niños prefieren meter goles que no pararlos. En esta caso en concreto lo que hace la coordinación es hacer que uno de los porteros juegue con su equipo y con el benjamín que no tiene. Según la distribución de los partidos van uno u otro. Este pasado fin de semana, el benjamín A, equipo de Pau, jugaba el domingo, con lo que él fue el elegido para ir el sábado con el benjamín F. Pau encantado poder jugar dos partidos.
Pues bien, el sábado el partido salió redondo. Victoria por 4-2 en la que tuvo un papel muy destacado Pau, que firmó una muy buena actuación, haciendo que el dominio del equipo rival no derivará en la derrota de su equipo. Al final del encuentro, Pau salía con una sonrisa de oreja a oreja explicando que hasta el contrario le había felicitado por su partido.
Y llegó el domingo. Tocaba jugar segundo contra tercero. Un partido importante para el benjamín A. Pero las cosas salieron fatal. El equipo rival con muchísima intensidad se hizo amo del encuentro y Pau firmó uno de los peores partidos que le he visto en tiempo, acabando con un marcador de 6-0 en contra. Si Pau hubiera estado perfecto, la distribución de puntos hubiera sido la misma, porque alguno de los goles eran incontestables y los compañeros de Pau tampoco tuvieron el día. Acabó el partido y esta vez Pau salió con lágrimas en los ojos. Estaba avergonzado de cómo le habían salido las cosas y que su actuación había perjudicado mucho a su equipo. Yo cómo espectador del encuentro era consciente de que no había estado nada bien, pero cómo padre en esos momentos tenía que hacerle ver que no pasaba nada. Ni él ni el resto del equipo lo habían hecho bien. El rival había sido mejor en todos los aspectos y eso había acabado con el marcador abultado.
¿Era tan bueno Pau el sábado y tan malo el domingo?. No. Era el mismo chico que disfruta siendo portero. Pero el fútbol es así. Unos días salen las cosas bien y otras no tanto. Sea por el motivo que sea. La noche del sábado al domingo Pau pasó mala noche con fiebre, pero a la hora del partido con tratamiento la fiebre había desaparecido. ¿Podría haber influenciado eso? Tal vez, pero yo creo que el resultado hubiera sido el mismo en circunstancias normales.
A todo ello le tenemos que sumar que la figura del portero está más predispuesta al elogio y la crítica. Sus aciertos y sus errores son tremendamente visibles y suelen influenciar en el marcador.
Creo que en un chico con 9 años recién cumplidos es normal que haya días buenos y no tan buenos. Si todos sus días fueran buenos seguramente estaría jugando en un equipo de primer nivel. y la realidad es que está muy feliz jugando en el equipo de nuestro pueblo, aunque el domingo hasta quisiera dejar el fútbol tras la derrota.
Los niños todos quieren ganar, ser héroes, pero también es importante saber que hay ocasiones en que se pierde, en que uno puede llegar a ser el "villano". El sábado Pau sonreía, el domingo dejaba escapar alguna lágrima, pero lo importante es que ese fin de semana aprendió que un día estás arriba y otro día abajo y que has de levantarte. Y darte cuenta que tanto el sábado como el domingo era el mismo, ni héroe, ni villano, simplemente portero.
Hace tiempo vengo siguiendo el blog, tengo un arquero de 13 años y siempre hablamos de lo que sufre el arquero,no importa si les hacen uno o varios goles,siempre se sufre al buscar la pelota dentro del arco. Lo que siempre destaco es el valor del arquero que el partido siguiente al que le hicieron 6 goles, se pone los guantes y entra con una sonrisa a la cancha a disfrutar o sufrir un nuevo partido. Saludos desde Paso de los Libres - Corrientes - Argentina - Guillermo memo2427@hotmail.com
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