Y es que hay jugadas rápidas, que no te dan tiempo a la reflexión. Son momentos, un uno contra uno, un chute de lejos, en los que la reacción del portero debe ser rápida y casi innata. Pero las faltas.... las faltas tienen su ritual. Obstruir el saque rápido, poner una buena barrera, colocarse correctamente bajos los palos y esperar el disparo. Seguro que los que sois padres de porteros sabéis de que os hablo, de aquel rato que parece interminable.
Para nuestro pequeño, Pau, es algo nuevo. En años anteriores, con 4 y 5 años, era muy raro encontrar algún contrario con la potencia suficiente para meter una falta. Pero este año, como pre-benjamín de primer año, se encuentra con chicos más mayores y en algunos casos con una potencia de chute importante. Tanto en los entrenamientos específicos de porteros, como en los de equipo, ha practicado en alguna ocasión el posicionamiento de barrera y bajo los palos, pero es un concepto que he notado que le cuesta. Teoría y más teoría, que para un niño de 6 años puede quedar en papel mojado si no hay una práctica. Y que mejor práctica que un partido.
¿Es diferente una falta en edades tempranas que en los más "mayores"? Claramente si. Tener una barrera de 1,20 cm es muy diferente de una barrera de 1,80 cm. Es habitual que las faltas que debe defender nuestro hijo, pasen de forma fácil por encima de la barrera. Y puede parecer mentira, pero yo creo que él lo sabe. Un día observé que tras colocar la barrera se colocaba en el centro de la portería en vez de hacerlo en el lado contrario como marcan los cánones. Esto lo repitió varias ocasiones, por lo que le pregunté porque no se ponía como lo hacían los mayores, a lo que respondió que si se la tiraban por encima de la barrera no llegaba a tiempo al otro lado. Estar en el centro era una forma de poder llegar a ambos palos, los cuales están muy distanciados para un chico de su estatura.
Y estaréis pensando, ¿A que viene todo este rollo?. Pues bien, todo tiene su explicación. En la última jornada, los de Pau jugaban contra un equipo de un nivel similar, aunque reforzados por dos chicos que habían bajado de un equipo superior (en otra entrada hablaré extensamente del "resultadismo" que buscan muchos clubs en edades inferiores). Este encuentro vino marcada por la calidad de uno de los chicos que habían venido a reforzar el equipo contrario, el cual, entre otras muchas cualidades, ejecutaba las faltas de forma magistral, con potencia y colocación. Ese día, el equipo de Pau perdió, pero creo que para él fue una gran lección práctica ante las faltas. Y es que a veces los partidos no son importantes por el resultado sino por lo que se puede aprender de ellos.
Os dejamos un pequeño vídeo con las faltas que le picaron ese partido. Veréis que hay algunas imparables, por cuestión de altura, pero en el cómputo global creo que podemos estar contentos con la actitud de Pau. Es más, el partido se perdió, pero Pau salió sonriente y diciendo "Has visto, he parado una falta por alto" :)
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