jueves, 15 de mayo de 2014

Los golpes y la madre del portero...

Aunque hace 3 años que Pau está bajo los palos - sí, desde los 3 años ha tenido claro que su sitio estaba en la portería -, por más o menos experiencia que tenga y que haya ido adquiriendo en este tiempo, nunca estará exento de que le den golpes, se los dé él mismo o cualquier otro percance que pueda sufrir durante un partido.

Todo el mundo dice que la posición de portero es la más afortunada en este aspecto ya que es el que menos golpes recibe y quizá sea así pero esto no quita que alguna vez tengamos " un susto".

También hay mucha gente que me dice que con el tiempo que hace que Pau juega al fútbol, debería estar acostumbrada a estos " accidentes" pero yo creo que nunca me voy a acostumbrar.
Recuerdo el primer golpe. era un partido de babies en su segunda temporada y fue a parar una pelota en un " uno contra uno ", valiente, decidido y tirándose " a muerte",  como dice él, a los pies del rival como tanto le gusta y paró el balón pero su rival, a pesar de esto, lo chutó y el impacto del balón ya prisionero entre sus brazos y aferrado al pecho, fue brutal.
Fruto de eso, Pau se quedó sin respiración por el tremendo golpe y yo, que en aquel año estaba siempre a pie de campo en cada partido ya que hacía los reportajes fotográficos, tiré la cámara ( mejor no pregunteis cómo quedó la pobre ) y salí corriendo hacia el peque... Afortunadamente, quedó en un susto...

Pasó el tiempo y en otro " uno contra uno " le chutaron la nariz... sangre por doquier, el niño tambaleándose y poco más, el corazón me dio un vuelco y salí corriendo, sin llegar a entrar al campo esta vez... Afortunadamente nada grave de nuevo...



Y desde este último percance, ya no había pasado nada relevante, los típicos sustos de los " uno contra uno " y poco más, que aunque siempre te ponen en estado de alerta nivel INFINITO, vas controlando tus emociones.
Pero ha llegado el final de esta temporada y ha habido varios torneos a los que ir, con los pre-benjamines de segundo año y los benjamines y le ha tocado parar una falta y un tiro muy fuerte. Las ha parado, sí, pero las dos veces se ha golpeado la cabeza contra el poste y el susto, las dos veces, ha sido mayúsculo, haciendo que el corazón no sólo te dé un vuelco, sino que se te suba a la boca y el estómago se te revuelva de mala manera.


Cuando todo esto pasa, todas esas sensaciones que os describo, se producen en cada golpe, como si fuera la primera vez que ocurre y si no fuera porque hay servicio sanitario en los campos y siempre van a " socorrerle", creo que acabaría saltando al campo cual leona defendiendo a su cachorro.

Los otros padres muchas veces comentan que ya debería estar acostumbrada, pero creo que, por muchos años que pasen, estas sensaciones no desaparecerán y cualquier golpe que mi hijo se dé, me parecerá el más horrible y doloroso del mundo.
Cambiará la manera de " gestionarlo" y ya no tendré ese ímpetu de querer saltar al campo, pero me dolerá como a él o quizá más... sobretodo, me dolerá en el corazón, corazón de madre de portero, que creo que es la más sufridora del campo.


Mamás que me leeis, os pasa lo mismo que a mí? Pensais que las mamis de los porteros somos más sufridoras porque siempre estamos en tensión por si encajan goles? Qué pensais?


2 comentarios:

  1. hay verito que duro ver a un hijo lastimado, se me apachurra el corazon de ver la foto... pero no queda de otra, los hijos haciendo lo que les gusta hasta parece que no les duele!!!!! al dia siguiente ya quiere estar en lo mismo y nosotros los papas igual con el corazon apachurrado... Besos

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  2. El que dice que el portero es el que menos golpes recibe....no tiene ni la mas remota idea de.lo que habla...seguro que es incapaz de aguantar un solo entrenamiento que cualquier portero realizamos a diario.....
    Animo peque... eso no es na......

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