El aprendizaje en cualquier materia pasa por la práctica. Las teorías sólo sirven para aplicarlas, sino no pasan más allá de hipótesis. Y en el fútbol hay mucha teoría que se trabaja en los entrenamientos y que se aplican en los partidos. Nuestro hijo, con 7 años, tiene muchísimo por aprender y lo que más me gusta como padre es ver como lo va haciendo poco a poco. Este último mes le ha tocado "batallar" con un aspecto complicado para un portero de su edad. Hablo de los balones bombeados que tras el bote se convierten en una ocasión de gol para un niño de 130 cms.
No sé sí a otros padres de porteros jóvenes les pasa como a mí, pero cuando veo que sale un balón desde el medio campo y se levanta y empieza a bajar hacia el área se me corta la respiración. Si va dentro directa, difícil de parar por altura y fuerza. Si bota cerca de la portería, complicado de parar. Total que un balón bombeado siempre es algo complicado para ellos, o al menos para el nuestro.
Pues bien, en el último mes en diferentes partidos ha habido casualmente jugadas parecidas relacionadas con el tema que tratamos. Hay equipos que utilizan el fuerte chute de alguno de sus jugadores para intentar crear ocasiones con este tipo de disparos ya desde el saque de medio. Si el chute sale bien, tiene bastantes números de acabar en gol. Estas situaciones han sido un ejercicio perfecto para que Pau practique, se equivoque y aprenda. "Pero ha encajado goles", podéis pensar alguno. Sí, ha encajado goles, pero hay que ir más allá y quedarse con la lección aprendida.
Como a veces vale más una imagen que mil palabras he preparado un pequeño vídeo con las jugadas y las explicaciones de las circunstancias que rodeaban cada una. No soy técnico ni tengo demasiada idea si un balón bombeado hay que atacarlo o dejarlo botar, si retroceder o si adelantarse. Tanto mis líneas, como el vídeo es una pequeña reflexión sobre la dificultad que tienen los porteros pequeños en algunas jugadas y su esfuerzo por aprender algunos de estos aspectos del fútbol. Os invito a verlo, creo que es un ejemplo de como un chico se forma a través de la experiencia. El protagonista es Pau, nuestro hijo, pero esoy seguro que cualquier padre de portero tiene experiencias parecidas en este o otros lances del juego. Lo que más valoro, en este caso concreto, es ver como después de encajar un gol tras un bote, y la charla explicativa con su entrenador, llegó el siguiente partido y, en una jugada similar, la reacción de Pau fue diferente y el resultado también. Pero ahí no acaba todo. Una tercera jugada vuelve a demostrarle que aún tiene mucho por aprender.
El bote es una aspecto más del juego que cualquier portero tiene que aprender a dominar. Y el dominio se consigue con teoría pero sobre todo con práctica y que mejor práctica que un partido de fútbol.
Hola! Esta es la pesadilla de todos los porteros peques y lo volverá a ser cuando suba a fútbol 11, pero solo hay una receta: encajar goles. Es incluso sano que reciban estos goles pero la única forma de mitigarlo un poco es practicando.
ResponderEliminarTécnicamente, la forma de parar por encima de la cabeza es utilizando solo una mano ya que permite al cuerpo girarse y saltar más alto, aunque a edades tan tempranas como Pau es aún difícil utilizar solo una mano porque no tienen aún fuerza suficiente para desviar la pelota. Os recomiendo empezar en distancias cortas en donde primero deba saltar con una mano y prolongar hacia atrás balones lanzados suavemente con la mano. Con eso conseguiréis automatizar el uso de una mano (ojo, hacedlo con derecha e izquierda para ir trabajando la lateralidad). Mientras aprende, a la hora de caer, en lugar de caer con todo su peso puede poner primero un pie en el suelo tras el salto pero es bueno que después siga el movimiento para caer. Digamos que le ayudará a asimilar el movimiento completo. Aquí tienes la posición: http://estaticos.marca.com/imagenes/2013/06/28/futbol/copa_confederaciones/1372369943_extras_mosaico_noticia_2_g_0.jpg
Una vez esté listo, podéis repetir el ejercicio con movimiento añadiendo algo de dificultad. El portero avanza un par de metros para atrapar un balón raso (incluso con algún obstáculo para trabajar coordinación), se levanta y entonces retrocede para hacer la parada por alto. También es importante que no intente parar la pelota, sino prolongarla para que salga por encima del larguero. Es más fácil para él y más seguro puesto que no dará posibles rechaces.
Ánimo y a practicar!